I
Estoy en la calle, en medio de
una calle desolada;
Estoy caminando, caminando estoy
sin mirar atrás.
En el punto que mi camino entra
en la oscuridad,
Como que estoy viendo una
imagen esperandome.
Los cielos negros estan
cubiertos de nubes color ceniza;
Los rayos atisban las chimeneas
de las casas.
Cada alma dormida, menos dos
compañeros;
Uno soy yo, y el otro las
vagabundas veredas.
Se me va formando gota a gota un
miedo por dentro;
Temo que a cada fin de calle
espera algun gigante…
Se dirigen a mi, sus ventanales,
todos negros;
Las casas que parecen un hombre
cegado con hierro candente.
Las veredas, la madre de los
sufridos solitarios;
Las veredas, son una persona que
vivio en mi.
Las veredas, cuya voz se oye
cuando se callan otras;
Las veredas que son una lengua
enredada dentro de mi.
No me corresponde expirar en un
regazo suave;
Yo soy un chaval amamantado por
estas veredas!
Que no amanezca nunca, en esta
calle oscura;
Que no acabe mi viaje en esta
calle oscura!
Que vaya yo, que vaya el camino,
que yo vaya que el camino siga;
Que corran a mis dos lados como
inundaciones los faros.
Tac, tac, que escuchen mis pasos
los quiltros hambrientos;
Los arcos de piedra en la penumbra
son el Arco de Victoria de mi camino.
No quiero ver la mañana ni verme
a la mañana;
Que los dias sean suyos, denme
las oscuras!
Me arropo en ellas como un
edredón mojado;
Cubranme, cubranme con las
frescas oscuras.
Que mi cuerpo se tumbe a las
piedras a lo largo;
Que las piedras heladas me
quiten la fiebre de la frente.
Que sumergiendo en un sueño tan
misterioso como las calles;
Se muera el esposo negronamorado
(**) de las veredas...
II
Como un héroe que ha vendido su
cabeza por una causa,
Perteneces a las calles, con tu
carne y huesos.
Tumbado en su colchon como un
palanquin,
Has de recorrer las distancias
infinitas.
Desde que escapaste de las camas
putas,
Vuestras almas se han derretido
en un pote de sufrimiento.
Sus pupilas han bebido tu
sombra;
Su piedra se ha derretido en tu
calavera.
Los dos no teneis ni esposos ni
amigos;
Sois solitarios como el
silencio, libre como el grito.
Teneis solamente una cabeza que
portar en este mundo;
Y esa la podéis llevar adonde
sea.
Caballero de caballo castaño,
hazlo correr, correr!
Los enredos de este camino
llegan a la tumba al terminar.
No habrá nadie que te entienda
tanto como las veredas…
Ni nadie tanto como tú entiendes
a las veredas…
III
Es una mujer morena en las
veredas la noche,
En éxtasis con la cabeza ergida,
arrastra su silueta.
Cuando por un segundo mis ojos
tocan sus ojos negros,
Me dice, sígueme joven que tanto
me esperabas.
El viento me cubre como si fuese
un contacto con ella,
Quiero coger, cogerla, con las
manos en mi pecho.
Nunca la alcanzo, aunque camine
hasta el crepúsculo,
Ay, ella es un espíritu fino, y
yo un molde de carne.
Me hiere si oigo una carcajada
por detrás;
Me parece que ella se está
entregando a otro,
Si veo una silueta desnudando en
los ventanales.
No importa, que no sienta dolor
de mis lágrimas hoy;
Sé que cuando la tierra me
ofrezca un cómodo colchón,
Ella, bien enamorada, nunca se
levantará de mi cabezal…
Necip Fazıl Kısakürek
(1904-1983)
(*) El título original,
“KALDIRIMLAR” en turco se traduce como “Aceras” o “Las aceras” al castellano,
pero yo he preferido usar la palabra sudamericana, “Las Veredas”, ya que mi
“castellano” se ha formado mas bien lejos de Castilla.
(**) En turco “kara sevda”
significa un amor profundo y literalmente se traduce “amor negro”. Como el
poeta relata su estado de ánimo en
términos de “negro”, “oscuro”, “moreno”, “sombras”, “penumbra” etc, he visto
necesario inventar una palabra como “negronamorado” (muy enamorado) para así poder utilizar el adjetivo”negro” en el texto español.